Yo nunca supe hasta el cuarto grado de la escuela primaria lo que era una crísis nerviosa hasta que tuve que aprender artes manuales con la Maestra Carmelita, tengo un resentimiento guardado desde aquel tiempo y la causante es esta bendita señora.
No tengo ni idea si realmente fuera una maestra, o sí sería familiar de alguien y para que no diera lata en su casa la mandaban a enseñar una materia de relleno en mi escuela. Técnias pedágogicas no tenía y un rapport espántoso con los alumnos (cada quién habla de como le va en la feria). Esta perfeccinista persona se dedicó un par de veces a exhibir mis nulo talento para el bordado de un morral de yute y otras monerías a las mamás de mis compañera de clase, me llamo flojita y decía a la mamá ahí presente..."pero tu hija, ella si borda bien, y es muy buena".... Cada vez que iban a empezar las clases con ella , que era una vez por semana, me sudaban las manos frío, hiperventilaba y con todas las fuerzas de mi alma rogaba por que la señora estuviera enferma o que no hubiera clases o que pasará algo para que yo no fuera....No entiendo ahora por que una materia que no tiene ningún valor académico me proporcionaba tantas preocupaciones y malestares. Mi maestra Alba se preocupó por mí y hasta mandaron a llamar a mís papás....hasta mí mamá me ayudó a terminar el morral ese para que no me reprobara la maestra Carmelita.
Ahora, sé que esa persona está el el pasado, que lo mal que me hizo sentir también está allá muy lejos y que los recuerdos no tienen poder sobre mí:
Maestra Carmelita; la perdono por no haber sido como yo hubiera querido que fuera.... la perdono y la libero, y al mismo tiempo me libero de ese pasado y de la influencia que le he permitido que tenga en mí, junto con la definición que he formado de mí persona.
Para mí es una forma simbólica de soltar esto y dejarlo donde pertenece.... en mí pasado.
Wednesday, December 14, 2011
Los viejitos en mi vida
Hoy he estado pensando en aquello viejos tiempos en los que iba a la escuela primaria allá en mi tierra natal... pasé muchos de mis mejores días en esa escuela, entré al jardín anexo e inmediatamente me dieron cupo en la escuela primaria. Eran aquellos tiempos en donde no existian tantas escuelas privadas como las hay ahora.
No recuerdo exactamente cuando fue que un viejecito vestido de una manera muy peculiar; de corbata, trajes de los años '70, zapatos blancos de charol y de vez en cuando sombrero, se ponía a la salida de la escuela a vender entre las cosas que recuerdo: muñequitas de papel, lápices, gomas... será que de eso me acuerdo porque era lo que le compraba, me daba tanta pena ver a un señor que según yo rondaría los ochenta años vendiendo esas cositas que en aquel entonces costaban un peso (mexicano) o algo por el estílo. Habían muchos niños que ni caso le hacían al pobre señor y yo por lástima le compraba lo más seguido que podía algo. ¿sacaría acaso lo necesario para comer, estaría manteniendo a alguien, cuál sería la historia de este personaje?, ¿porqué estaría al final de sus días vendiendo esos artículos? y hoy especialmente hoy me pregunté si habría muerto solo, si algún amigo o familiar le habría llorado cuando este señor dejo la faz de la tierra. Me hubiera gustado conocer su historia y no haberlo dejado atrás cuando terminé la enseñanza básica. ¿qué será de la vida de esos personajes secundarios en las historias de nuestra vida que entran y salen tan rápidamente y que sin embargo permanecen hilvanados en nuestras memorias. Me hubiera gustado saber cómo se llamaba, si alguién alguna vez me leé y es de mi país y de mi ciudad, y es hijo(a) de los años 70 y fueron a la escuela anexa a la normal .... cuentenme sí es que también lo recuerdan y saben o supieron de él.
Justo ahora que empecé a escribir esta entrada, recordé a otros viejitos que me han enternecido y dado pena, por su vida tan dura. Uno de ellos fue un señor que con sus noventa años se iba caminando desde la colonia (Carolino Anaya )afuera de mi ciudad natal y que estaba en "en el quinto infierno" hasta donde viviamos notros y ofrecía sus servicios cortando el pasto y arreglando jardines. El señor era lúcido y siempre estaba de buen humor, era bajito y con la piernitas cascorbas (seguro debido a la edad y no muy buena alimentación). El señor no quería límosnas sino trabajo; mantenía a su esposa y los hijos (si no me equivoco) le daban problemas.
Otro personaje igual digna de admiración era "la marchantita" que bajaba del monte trayendo su huevos de rancho, los chayotes, moras, calabacitas, chirimoyas y alguna que otra cosita que podía crecer en su casita, la señora al igual que el jardinero andaría por los noventa años, descalza, con unos cuantos dientes ah, pero eso sí la sonriza a flor de piel. Pasaba por nuestra casa ofreciéndonos sus productos, hasta en los días más fríos con un suétercito de nada, un rebozo gris, su canasta amarrada (con dicho rebozo).
Pienso que todos estos personajes trabajaron hasta el último de sus días, no disfrutaron de: vacaciones, aguinaldo, días por enfermedad ni otras comodidades como las que ahora se dan por algo natural.
El motivo de esta entrada es rendirles un tributo a sus sonrísas, a su trato, a sus ganas de trabajar y a su humildad... los llevo en mi corazón y gracias por haber pasado por mi vida.
No recuerdo exactamente cuando fue que un viejecito vestido de una manera muy peculiar; de corbata, trajes de los años '70, zapatos blancos de charol y de vez en cuando sombrero, se ponía a la salida de la escuela a vender entre las cosas que recuerdo: muñequitas de papel, lápices, gomas... será que de eso me acuerdo porque era lo que le compraba, me daba tanta pena ver a un señor que según yo rondaría los ochenta años vendiendo esas cositas que en aquel entonces costaban un peso (mexicano) o algo por el estílo. Habían muchos niños que ni caso le hacían al pobre señor y yo por lástima le compraba lo más seguido que podía algo. ¿sacaría acaso lo necesario para comer, estaría manteniendo a alguien, cuál sería la historia de este personaje?, ¿porqué estaría al final de sus días vendiendo esos artículos? y hoy especialmente hoy me pregunté si habría muerto solo, si algún amigo o familiar le habría llorado cuando este señor dejo la faz de la tierra. Me hubiera gustado conocer su historia y no haberlo dejado atrás cuando terminé la enseñanza básica. ¿qué será de la vida de esos personajes secundarios en las historias de nuestra vida que entran y salen tan rápidamente y que sin embargo permanecen hilvanados en nuestras memorias. Me hubiera gustado saber cómo se llamaba, si alguién alguna vez me leé y es de mi país y de mi ciudad, y es hijo(a) de los años 70 y fueron a la escuela anexa a la normal .... cuentenme sí es que también lo recuerdan y saben o supieron de él.
Justo ahora que empecé a escribir esta entrada, recordé a otros viejitos que me han enternecido y dado pena, por su vida tan dura. Uno de ellos fue un señor que con sus noventa años se iba caminando desde la colonia (Carolino Anaya )afuera de mi ciudad natal y que estaba en "en el quinto infierno" hasta donde viviamos notros y ofrecía sus servicios cortando el pasto y arreglando jardines. El señor era lúcido y siempre estaba de buen humor, era bajito y con la piernitas cascorbas (seguro debido a la edad y no muy buena alimentación). El señor no quería límosnas sino trabajo; mantenía a su esposa y los hijos (si no me equivoco) le daban problemas.
Otro personaje igual digna de admiración era "la marchantita" que bajaba del monte trayendo su huevos de rancho, los chayotes, moras, calabacitas, chirimoyas y alguna que otra cosita que podía crecer en su casita, la señora al igual que el jardinero andaría por los noventa años, descalza, con unos cuantos dientes ah, pero eso sí la sonriza a flor de piel. Pasaba por nuestra casa ofreciéndonos sus productos, hasta en los días más fríos con un suétercito de nada, un rebozo gris, su canasta amarrada (con dicho rebozo).
Pienso que todos estos personajes trabajaron hasta el último de sus días, no disfrutaron de: vacaciones, aguinaldo, días por enfermedad ni otras comodidades como las que ahora se dan por algo natural.
El motivo de esta entrada es rendirles un tributo a sus sonrísas, a su trato, a sus ganas de trabajar y a su humildad... los llevo en mi corazón y gracias por haber pasado por mi vida.
Sunday, December 11, 2011
Todavía existe gente buena en el mundo
Hoy regresando de ver la película del Gato con botas en el cine del pueblito, ví un coche atorado en la nieve y las llantas derrapando sin cesar, dejé a las hijas en la casa y les pedí que se quitaran la ropa, que yo volvía en seguida.... Que mala onda que el pobre tipo estuviera duro y dale al al acelarador sin poder salir del banco de nieve, y algo adentro mío me decía que tenia que echarle una mano! yo tenía que "ayudarlo" sin importar que el coche en cuestión fuera un BMW. Me he encontrado en situaciones parecidas y me da mucha rabía y tristeza ver pasar a la gente sin tenderme la mano y me han dado ganas de maldecir a cuanta gente y cosa pueda... claro, que también he pasado lo contrario que ha habido gente buena y que me ha ayudado a empujar el coche o a bajar maletas y por tal siento una deuda grande que repagar. Dios nos pone en lugares y sitaciones para ayudarnos unos a otros.... a veces me he preguntado... por qué deja Dios que pasen cosas malas en este mundo y no hace mucho he llegado a la conclusión: Como mis maestros nos decían cuando no teníamos ganas de aprender algo y estabamos apáticos "yo esto ya lo sé, para mí no es ningún problema dejarlo pasar y ser maestro barco, esto es para que ustedes lo aprendan".... así entoces pienso, Dios,el universo, la fuerza creadora, buda, o como queramos llamarle, ya sabe esta lección para Dios no sería ningún problema poner fin a x o y situación, esto es para nosotros, para que como individuos maduremos, crescamos nos desarrollemos, y nos ayudemos unos a otros. Muchas veces las sitaciones las creamos nosotros y nuestras desiciones (guerras, contaminación, avaricia, enfermadad de poder) también está en nuestras manos ayudar, ser útiles, mostrar compasión...ser generesos, incluso si nos cuesta trabajo.
Bueno, pues para rematar, después de empujar y pujar un poco y sacar nieve con mis botas (carezco de pala) por fín llegó un tipo fortachón a ayudarnos y con un empujoncito el carro se desatascó. quizá hacia falta que alguien empezara para que se animaran a ayudar al tipo, yo sabía que solo no tenía muy seguro eso "sacar al buey de la barranca" los mexicanos me entenderán la expresión, pero si cooperamos la tarea es más liviana y el objetivo se logra. Que bueno que el tipo éste se animó a ayudarnos. Lo del encabezado va por él, no tanto por echarme flores yo sola.... para nada!
En algún lugar hace no sé bien que tiempo (bien fidedignas mis fuentes) leí que el infierno y el cielo son dos salas con opulentos banquetes uno pintado todo de rojo y el otro pintado de blanco, hay tantos manjares, de todas las delicias que uno se pueda imaginar, hay algo que aclarar: todos los comensales tienes unos brazos muy, muy cortitos. Bueno, pues resulta que las escenas son totalmente opuestas. En el salón pintado de rojo los asistentes están tristes, porque por más que intentan comer sus brazos son tan cortos que no alcanzan a llevarse la comida a la boca.... y ahí están intentando e intentando, tristeza y desdicha, frustación y hasta enojo por no poder saborear la comida y cada vez están más hambrientos.
Ahora por el otro lado en le salón pintado de blanco la acción transcurre así, todos están contentos, todos son felices y disfrutan de los platillos a su disposición, hay una amena plática (conversación). La diferencia estriba en que aquí se dan de comer los unos a los otros. Sus brazos son cortos para darse de comer, pero se pueden acercar al comensal de junto y alimentarlo.
Yo sé que mi entrada no tiene pies ni cabeza.... generalmente así se generan mis pensamientos, sin tón ni són. Total que yo optaría por ser más compartida y empatíca, les estoy en deuda a aquellas personas que me han ayudado sin pedir nada a cambio , a mí se me queda corto el simple "GRACIAS". y pienso que devolver el favor en alguien más, va saldando la deuda.
Y para despedirme, parafraseando a Mr. Spock "Live long and prosper" (aunque me quieran acribrillar alguna vez los Trekies o Trekers o como carambas se hagan llamar los fans de Star Trek enterprise.
Bueno, pues para rematar, después de empujar y pujar un poco y sacar nieve con mis botas (carezco de pala) por fín llegó un tipo fortachón a ayudarnos y con un empujoncito el carro se desatascó. quizá hacia falta que alguien empezara para que se animaran a ayudar al tipo, yo sabía que solo no tenía muy seguro eso "sacar al buey de la barranca" los mexicanos me entenderán la expresión, pero si cooperamos la tarea es más liviana y el objetivo se logra. Que bueno que el tipo éste se animó a ayudarnos. Lo del encabezado va por él, no tanto por echarme flores yo sola.... para nada!
En algún lugar hace no sé bien que tiempo (bien fidedignas mis fuentes) leí que el infierno y el cielo son dos salas con opulentos banquetes uno pintado todo de rojo y el otro pintado de blanco, hay tantos manjares, de todas las delicias que uno se pueda imaginar, hay algo que aclarar: todos los comensales tienes unos brazos muy, muy cortitos. Bueno, pues resulta que las escenas son totalmente opuestas. En el salón pintado de rojo los asistentes están tristes, porque por más que intentan comer sus brazos son tan cortos que no alcanzan a llevarse la comida a la boca.... y ahí están intentando e intentando, tristeza y desdicha, frustación y hasta enojo por no poder saborear la comida y cada vez están más hambrientos.
Ahora por el otro lado en le salón pintado de blanco la acción transcurre así, todos están contentos, todos son felices y disfrutan de los platillos a su disposición, hay una amena plática (conversación). La diferencia estriba en que aquí se dan de comer los unos a los otros. Sus brazos son cortos para darse de comer, pero se pueden acercar al comensal de junto y alimentarlo.
Yo sé que mi entrada no tiene pies ni cabeza.... generalmente así se generan mis pensamientos, sin tón ni són. Total que yo optaría por ser más compartida y empatíca, les estoy en deuda a aquellas personas que me han ayudado sin pedir nada a cambio , a mí se me queda corto el simple "GRACIAS". y pienso que devolver el favor en alguien más, va saldando la deuda.
Y para despedirme, parafraseando a Mr. Spock "Live long and prosper" (aunque me quieran acribrillar alguna vez los Trekies o Trekers o como carambas se hagan llamar los fans de Star Trek enterprise.
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